Habitualmente tomados septum nasal, las costillas u orejas (menos utilizado). Son útiles para reconstruir la estructura y soporte de la nariz.
Pueden ser extraídos del cráneo o de otras partes del cuerpo y se utilizan para reparar defectos óseos nasales.
Estos se utilizan para reparar defectos externos y se pueden tomar de áreas como la frente o detrás de la oreja.
Suelen utilizarse, para corrección de deformidades post-traumáticas, reconstrucción después de la extirpación de tumores o para correcciones estéticas.
Un colgajo implica el traslado de tejido, manteniendo su suministro sanguíneo, de una ubicación a otra. Esto es vital cuando se necesita un suministro de sangre adecuado para que el tejido trasplantado sobreviva.
Durante esta etapa, el cirujano experto en nariz evaluaráç la extensión y naturaleza del defecto o deformidad nasal. Con ello, se obtendrá el historial clínico del paciente para identificar posibles contraindicaciones o factores de riesgo.
Es importante entender las expectativas y objetivos del paciente para garantizar resultados satisfactorios y establecer un plan quirúrgico adecuado.
Las Pruebas Diagnósticas, pueden incluir imágenes como tomografías computarizadas, resonancias magnéticas o fotografías médicas para planificar la cirugía.
Dependiendo de la evaluación, el cirujano decidirá qué técnica o combinación de técnicas (injertos, colgajos, sutura, etc.) es la más adecuada. Se discutirán los riesgos, beneficios, posibles complicaciones y el proceso de recuperación para que el paciente pueda dar su consentimiento informado.
Según la extensión del procedimiento, se puede utilizar anestesia local, sedación o anestesia general. El cirujano realizará incisiones estratégicamente para minimizar cicatrices visibles y procederá con la técnica seleccionada (injertos, colgajos, etc.). Una vez finalizada la reconstrucción, las incisiones se cierran con suturas. Puede que se coloquen férulas o apósitos para proteger la zona y mantener la estructura durante el proceso inicial de curación.
Es recomendable que el paciente descanse y evite esfuerzos durante los primeros días después de la cirugía. El médico prescribirá analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor y la inflamación. Es fundamental seguir las indicaciones y no auto medicarse.
Es fundamental estar atento a síntomas como enrojecimiento excesivo, calor en la zona, secreción amarilla o verdosa, o fiebre. Los pequeños sangrados son normales, pero si se observan sangrados abundantes, es crucial contactar al médico.
La actividad física intensa puede aumentar la presión arterial y causar sangrados. Se debe consultar al médico sobre cuándo es seguro reanudar el ejercicio. Por otro lado, la piel en la zona operada puede ser más sensible al sol. Es esencial usar protector solar y evitar la exposición directa durante los primeros meses.
Se deben realizar visitas regulares. Estas permiten que el cirujano evalúe la progresión de la curación y aborde cualquier problema o inquietud. A medida que la hinchazón disminuye y la zona sana, el médico y el paciente pueden discutir la satisfacción con los resultados y planificar cualquier intervención adicional si es necesario.
En algunos casos, el médico puede recomendar masajes suaves para ayudar a reducir la hinchazón y mejorar la forma. También es importante, mantener la piel hidratada para ayudar en el proceso de curación y mejorar el aspecto de las cicatrices. Por último, es fundamental proteger la nariz de golpes o traumas, ya que la zona puede ser más vulnerable después de la cirugía.
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