La septoplastia en Barcelona, es una intervención quirúrgica destacada dentro del campo de la otorrinolaringología. Se lleva a cabo principalmente por síntomas tales como obstrucción nasal, ronquidos y sensaciones anómalas dentro de la cavidad nasal, sugiriendo un tabique desviado. El proceso para identificar la necesidad de esta cirugía involucra un meticuloso examen clínico, complementado con herramientas diagnósticas como la endoscopia nasal y la tomografía computarizada. Dependiendo de la gravedad y el diagnóstico, las opciones terapéuticas abarcan desde medicamentos para aliviar los síntomas hasta la cirugía correctiva del tabique. Es habitual que surjan inquietudes relacionadas con los potenciales riesgos de la intervención, el tiempo de recuperación postquirúrgica y los beneficios que se pueden anticipar tras el procedimiento.
La septoplastia, una intervención destinada a corregir el tabique nasal desviado. Puede estar acompañada de distintos síntomas que alteran la rutina y bienestar de las personas que la padecen. A continuación, se detallan algunos de los síntomas más recurrentes:
Uno de los indicativos más comunes de un tabique nasal desviado es la resistencia al paso del aire por las fosas nasales. Esta desviación puede provocar una obstrucción en los conductos, resultando en una sensación persistente de obstrucción nasal. Este síntoma puede derivar en trastornos del sueño y afectar la eficiencia en tareas cotidianas.
Las personas con un tabique desviado a menudo experimentan episodios de hemorragias nasales. El desplazamiento anómalo del tabique puede influir en la circulación sanguínea nasal, aumentando la probabilidad de sangrados. Estas hemorragias pueden ser más abundantes o duraderas que las convencionales, generando incomodidad y preocupación.
La desviación del tabique nasal puede también impactar en la habilidad de detectar y distinguir olores. Dado que el tabique tiene una función esencial en la conducción de los aromas hasta los receptores olfativos, una desviación puede alterar dicha percepción, afectando el disfrute de comidas, la detección de olores desagradables y la percepción de señales de alarma.
La desviación del tabique nasal puede también impactar en la habilidad de detectar y distinguir olores. Dado que el tabique tiene una función esencial en la conducción de los aromas hasta los receptores olfativos, una desviación puede alterar dicha percepción, afectando el disfrute de comidas, la detección de olores desagradables y la percepción de señales de alarma.
La primera etapa en el proceso diagnóstico es una minuciosa consulta clínica realizada por un experto en otorrinolaringología. Esta evaluación incluye un repaso de los antecedentes médicos del paciente, así como de los síntomas actuales. El especialista llevará a cabo una inspección física detallada de la nariz y el tabique nasal para detectar cualquier indicio de desviación.
Para lograr un entendimiento más profundo de la desviación del tabique nasal, se pueden requerir exámenes diagnósticos adicionales. Una herramienta esencial es la tomografía computarizada, que proporciona una visualización detallada de la anatomía interna nasal y la magnitud de la desviación. Este análisis es crucial para decidir si la desviación está afectando la respiración nasal del paciente.
El uso de endoscopia nasal es crucial para adquirir imágenes claras y definidas del tabique nasal, consolidando el diagnóstico de la desviación. Durante este procedimiento, el médico puede observar directamente la estructura interna de la nariz. Gracias a esta técnica, se obtienen imágenes nítidas que facilitan la evaluación de la posición, dimensión y características de la desviación.
La corrección de un tabique nasal desviado es esencial para mejorar la respiración y la calidad de vida de los pacientes. Existen diferentes tratamientos, y la elección dependerá de la gravedad de la desviación y de las necesidades individuales de cada paciente.
El tratamiento primordial para un tabique nasal gravemente desviado es la septoplastia quirúrgica. Esta intervención, realizada por un especialista en otorrinolaringología, tiene como objetivo reacomodar y rectificar el tabique nasal para permitir un flujo de aire adecuado. Durante la cirugía, se pueden realizar incisiones internas en la nariz para reconfigurar el cartílago y el hueso desplazado.
En algunos casos, especialmente cuando la desviación del tabique es menos pronunciada o cuando se presentan síntomas inflamatorios, se pueden recetar medicamentos para aliviar los síntomas. Estos pueden incluir descongestionantes nasales, corticosteroides y antihistamínicos para reducir la inflamación y mejorar el flujo de aire.
Para aquellas personas que deseen una solución no quirúrgica o temporal, existen dispositivos como los dilatadores nasales. Estos pequeños dispositivos se insertan en las fosas nasales y ayudan a mantenerlas abiertas, facilitando la respiración. Son especialmente útiles por la noche para reducir el ronquido causado por una obstrucción nasal.
Para aquellas personas que deseen una solución no quirúrgica o temporal, existen dispositivos como los dilatadores nasales. Estos pequeños dispositivos se insertan en las fosas nasales y ayudan a mantenerlas abiertas, facilitando la respiración. Son especialmente útiles por la noche para reducir el ronquido causado por una obstrucción nasal.
Tras la cirugía, es común que se coloquen tapones o gasas placas de silicona en las fosas nasales para prevenir sangrados y estabilizar el tabique en su nueva posición. Estos generalmente se retiran después de algunos días. Es vital evitar sonarse la nariz durante las primeras 24 horas y seguir las recomendaciones del médico al respecto.
Se pueden recetar analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor y reducir la inflamación. También es útil mantener la cabeza elevada, especialmente durante las primeras noches, para minimizar la hinchazón.
A medida que el proceso de curación avanza, es beneficioso practicar ejercicios de respiración. Estos ayudan a fortalecer y reeducar las vías respiratorias, y pueden mejorar la capacidad pulmonar y la oxigenación.
Las visitas de seguimiento con el otorrinolaringólogo son esenciales. Durante estas citas, se evaluará la curación, se retirarán las suturas si es necesario, y se harán ajustes en las recomendaciones de cuidado según la evolución del paciente.
Es fundamental evitar actividades físicas intensas, levantar objetos pesados y cualquier otra acción que pueda aumentar la presión en la nariz y causar sangrado o daño en las primeras semanas.
Aunque es raro, cualquier signo de infección, sangrado excesivo, dolor intenso o dificultad para respirar debe ser comunicado de inmediato al especialista.
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